La propia Afrodita -diosa del amor- se enamoró de él pero su vida fue corta. Murió despedazado por un jabalí que le envió Ares por celos. La diosa convirtió su sangre en flores.
Zeus dispuso que ya muerto pasase seis meses del año con Afrodita y los otros seis en los Infiernos, con Perséfone. Su culto estuvo asociado a la vegetación y las cosechas: la flor que lleva su nombre comparte su belleza y corta vida.
El mito alude a los ciclos de la muerte y renacimiento de la naturaleza.
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